Comprender el control excesivo: los efectos psicológicos de suprimir los propios deseos
El control excesivo es un término utilizado en psicología para describir una situación en la que el comportamiento o los pensamientos de un individuo están excesivamente controlados por factores externos, como normas, expectativas o reglas sociales. También puede referirse a un estado de autocrítica o perfeccionismo excesivo, que puede provocar sentimientos de ansiedad, estrés y disminución del bienestar. En esencia, el control excesivo se refiere a la tendencia a suprimir los propios deseos, impulsos y emociones. para ajustarse a estándares o expectativas externas. Esto puede manifestarse de varias maneras, tales como:
1. Suprimir la creatividad y la autoexpresión: los individuos que controlan demasiado pueden sentirse limitados por las normas y expectativas sociales, lo que los lleva a suprimir sus propias inclinaciones artísticas o creativas.
2. Perfeccionismo: la necesidad de perfección puede conducir a un control excesivo, ya que las personas pueden sentirse obligadas a alcanzar estándares altos y poco realistas, lo que genera un aumento del estrés y la ansiedad.
3. Miedo al fracaso: El miedo al fracaso puede hacer que las personas controladoras eviten correr riesgos o probar cosas nuevas, por miedo a no cumplir con las expectativas o cometer errores.
4. Autocrítica: Las personas excesivamente controladoras pueden ser demasiado autocríticas, evaluarse constantemente según estándares externos y juzgarse a sí mismas como inadecuadas o defectuosas.
5. Dificultad con la espontaneidad: el control excesivo puede dificultar que las personas participen en actividades o comportamientos espontáneos, ya que pueden sentirse limitados por la necesidad de ajustarse a las expectativas externas.
6. Evitación de las emociones: las personas excesivamente controladoras pueden evitar expresar sus emociones o necesidades por miedo a ser juzgadas o rechazadas por los demás.
7. Dificultad con el cambio: El control excesivo puede dificultar que las personas se adapten a los cambios o situaciones nuevas, ya que pueden estar demasiado apegados a las rutinas y expectativas establecidas.
8. Aumento de la ansiedad y el estrés: el control excesivo puede provocar un aumento de la ansiedad y el estrés, ya que las personas pueden sentirse constantemente juzgadas y evaluadas por los demás.
9. Disminución del bienestar: el control excesivo puede conducir a una disminución del bienestar, ya que los individuos pueden suprimir sus propias necesidades y deseos para ajustarse a las expectativas externas.
10. Dificultad con las relaciones: El control excesivo puede dificultar que las personas formen relaciones íntimas y saludables, ya que pueden tener dificultades con la vulnerabilidad y la apertura. Es importante tener en cuenta que el control excesivo no es lo mismo que el autocontrol, que se refiere a la capacidad de regular la propia propia conducta e impulsos de forma saludable y adaptativa. El control excesivo es un patrón de comportamiento desadaptativo que puede tener consecuencias negativas para el bienestar mental y emocional de un individuo.