Comprender la cirrosis: causas, síntomas y opciones de tratamiento
La cirrosis es una afección en la que el hígado queda cicatrizado y dañado, lo que provoca una distorsión de su estructura y función normales. Es una afección grave y a menudo irreversible que puede ser causada por una variedad de factores, incluido el consumo excesivo de alcohol, hepatitis viral y enfermedad del hígado graso. La cicatrización del tejido hepático en la cirrosis puede provocar una variedad de complicaciones, que incluyen: Portal Hipertensión: las cicatrices pueden hacer que los vasos sanguíneos del hígado se estrechen y se contraigan, lo que provoca presión arterial alta en la vena porta (la vena que transporta sangre desde los órganos digestivos al hígado). Esto puede provocar várices esofágicas (venas agrandadas en el esófago) y ectasias vasculares del antro gástrico (venas agrandadas en el estómago). Ascitis: las cicatrices también pueden causar acumulación de líquido en la cavidad abdominal, lo que provoca hinchazón y malestar. Encefalopatía hepática: El hígado es responsable de eliminar las toxinas de la sangre y, cuando no funciona correctamente, estas toxinas pueden acumularse en el cerebro y causar confusión, desorientación y otros síntomas neurológicos. Ictericia: las cicatrices también pueden hacer que el hígado se vuelva menos eficaz. para descomponer la bilirrubina, un pigmento amarillo que se produce durante la descomposición de los glóbulos rojos. Esto puede provocar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). La cirrosis es una afección grave que puede tener consecuencias importantes si no se trata. Las opciones de tratamiento para la cirrosis dependen de la causa subyacente y la gravedad de la afección, pero pueden incluir: Cambios en el estilo de vida: los pacientes con cirrosis pueden necesitar realizar cambios en el estilo de vida, como evitar el alcohol, perder peso y hacer ejercicio con regularidad para ayudar a controlar su afección. Medicamentos : Se pueden recetar medicamentos como betabloqueantes, diuréticos y antibióticos para controlar síntomas como presión arterial alta, acumulación de líquido e infecciones.
Derivación portosistémica intrahepática transyugular (TIPS): este es un procedimiento que implica la creación de una nueva vía entre el portal vena y la vena hepática para reducir la hipertensión portal y prevenir complicaciones como várices esofágicas y ectasias vasculares del antro gástrico. Trasplante de hígado: en casos graves de cirrosis, puede ser necesario un trasplante de hígado para reemplazar el hígado dañado por uno sano. Es importante para Las personas con riesgo de cirrosis deben buscar atención médica si experimentan algún síntoma como fatiga, pérdida de apetito, náuseas o ictericia. La detección y el tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir complicaciones y mejorar los resultados de los pacientes con cirrosis.
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