Comprender la dismorfofobia: síntomas, causas y opciones de tratamiento
La dismorfofobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que un individuo se preocupa por un defecto o defecto percibido en su apariencia. Esto puede provocar una angustia significativa, un deterioro en el funcionamiento diario y comportamientos repetitivos destinados a reducir los defectos percibidos. Las personas con dismorfofobia pueden centrarse excesivamente en los defectos percibidos, como el acné, las cicatrices o la forma del cuerpo, y participar en comportamientos compulsivos como el aseo personal. o rascarse la piel para tratar de corregir u ocultar el defecto. También pueden evitar situaciones o actividades sociales en las que se sienten cohibidos por su apariencia. La dismorfofobia a menudo se asocia con otras afecciones de salud mental, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el trastorno dismórfico corporal (TDC) y el trastorno de ansiedad social. El tratamiento para la dismorfofobia generalmente implica una combinación de terapia cognitivo-conductual (TCC) y medicamentos. ¿Cuáles son los síntomas de la dismorfofobia? Los síntomas de la dismorfofobia pueden variar en gravedad y frecuencia, pero pueden incluir: Preocupación excesiva por un defecto o defecto percibido en la propia apariencia... Comportamientos repetitivos, como acicalarse o rascarse la piel, destinados a corregir u ocultar el defecto percibido... Evitar situaciones o actividades sociales en las que es probable que se produzca la autoconciencia sobre la propia apariencia... Angustia significativa o deterioro en el funcionamiento diario debido al defecto percibido... Pensamientos intrusivos o compulsiones relacionadas con el defecto percibido... Dificultad para descartar o tirar elementos que se perciben como de uso potencial para corregir el defecto... Buscar repetidamente seguridad de los demás sobre la propia apariencia... Evitar espejos u otras superficies reflectantes... Sentirse cohibido o avergonzado por la propia apariencia en situaciones sociales... ¿Qué causa la dismorfofobia?... La causa exacta La dismorfofobia no se comprende completamente, pero se cree que es una interacción compleja de factores genéticos, ambientales y psicológicos. Algunos posibles factores contribuyentes incluyen: Genética: las personas con antecedentes familiares de trastornos de ansiedad o TOC pueden ser más susceptibles a desarrollar dismorfofobia. Química cerebral: los desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina pueden contribuir al desarrollo de dismorfofobia. Experiencias infantiles: eventos traumáticos , como el acoso o las burlas, pueden aumentar el riesgo de desarrollar dismorfofobia más adelante en la vida. Factores sociales y culturales: los estándares de belleza sociales y las representaciones mediáticas de la perfección física pueden contribuir a sentimientos de insuficiencia y alimentar la preocupación por los defectos percibidos. Rasgos de personalidad: personas con Ciertos rasgos de personalidad, como el perfeccionismo o la baja autoestima, pueden ser más propensos a desarrollar dismorfofobia. ¿Cómo se trata la dismorfofobia? El tratamiento para la dismorfofobia generalmente implica una combinación de terapia cognitivo-conductual (TCC) y medicamentos. El objetivo del tratamiento es ayudar a las personas con dismorfofobia a aprender a controlar su ansiedad y reducir su preocupación por los defectos percibidos. Terapia cognitivo-conductual (TCC): la TCC ayuda a las personas a identificar y desafiar patrones de pensamiento y comportamientos negativos asociados con la dismorfofobia. Las técnicas utilizadas en la TCC pueden incluir: Prevención de exposición y respuesta (ERP): esto implica exponer gradualmente a las personas a situaciones que desencadenan su ansiedad, mientras les enseña técnicas para controlar su ansiedad sin involucrarse en conductas compulsivas. Reestructuración cognitiva: esto ayuda a las personas a identificar y desafiar patrones de pensamiento distorsionados o inútiles relacionados con sus defectos percibidos. Terapias basadas en la atención plena: estas técnicas ayudan a las personas a desarrollar una mayor conciencia de sus pensamientos y sentimientos, y a aprender a responder a ellos de una manera más consciente y compasiva. Medicamentos: antidepresivos, como Como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), se pueden recetar para ayudar a reducir los síntomas de la dismorfofobia, como la ansiedad y la depresión. Estrategias de autoayuda: además de la terapia y la medicación, las personas con dismorfofobia también pueden beneficiarse de las estrategias de autoayuda. tales como: Practicar la autocompasión y la autoaceptación un grupo de apoyo.