Comprender la motricidad: la clave para el control y la coordinación del movimiento
Motricidad es un término utilizado en neurociencia y psicología para describir la capacidad del sistema nervioso para controlar y regular el movimiento. Abarca la compleja interacción entre el cerebro, la médula espinal y el sistema nervioso periférico que nos permite realizar acciones voluntarias como caminar, correr, agarrar objetos y manipularlos con las manos. La motricidad es un concepto multifacético que involucra varios aspectos de la motricidad. función, incluyendo:
1. Planificación motora: capacidad de planificar y ejecutar movimientos basados en información sensorial y órdenes internas.
2. Control motor: capacidad de regular y refinar los movimientos en tiempo real, ajustándose a cambios en el entorno o eventos inesperados.
3. Coordinación muscular: capacidad de sincronizar y coordinar la actividad de múltiples músculos para producir movimientos suaves y precisos.
4. Integración sensorial: capacidad de integrar información sensorial de múltiples fuentes (por ejemplo, visión, oído, tacto) para guiar y refinar los movimientos.
5. Aprendizaje motor: la capacidad de aprender y recordar nuevas habilidades motoras y adaptarse a situaciones cambiantes. La motricidad es esencial para las actividades cotidianas, como alcanzar objetos, agarrarlos y manipularlos con las manos. También es fundamental para acciones más complejas como practicar deportes, bailar o utilizar herramientas. Las alteraciones de la motricidad pueden deberse a diversas afecciones neurológicas, como accidentes cerebrovasculares, enfermedad de Parkinson o lesiones de la médula espinal, lo que provoca dificultades con la coordinación del movimiento, el equilibrio y la destreza.