La fascinante historia de las estructuras vestigiales de nuestros cuerpos
Las estructuras vestigiales son características u órganos que han perdido su función original a través de la evolución, pero que aún permanecen presentes en el plan corporal de un organismo. Estas estructuras pueden ser más pequeñas, menos desarrolladas o funcionalmente diferentes de sus contrapartes ancestrales.
Ejemplos de estructuras vestigiales incluyen:
1. Coxis humano: Los humanos alguna vez tuvieron cola, pero con el tiempo, el coxis se volvió más pequeño y menos funcional. Ahora, es una pequeña estructura ósea en la base de la columna que no tiene cola visible.
2. Cejas: Se cree que nuestras cejas son restos de pelo que cubrían los rostros de nuestros antepasados. Han perdido su función original pero aún cumplen un propósito social al expresar emociones.
3. Muelas del juicio: alguna vez fueron necesarias para moler y triturar alimentos, pero con el desarrollo de los alimentos cocidos y las mandíbulas más pequeñas, se volvieron redundantes y a menudo causan problemas.
4. Piel de gallina: La piel de gallina son pequeños bultos en la piel que se levantan cuando tienes frío o miedo. Son un vestigio del pelaje que cubría a nuestros antepasados.
5. Apéndice: El apéndice es una pequeña estructura en forma de bolsa unida al intestino grueso. Se cree que es un órgano vestigial que alguna vez ayudó con la digestión, pero que ahora se considera no esencial y se puede extirpar de manera segura si se inflama o infecta. Estos ejemplos ilustran cómo los cambios evolutivos pueden conducir a la pérdida de función en ciertas partes del cuerpo. , dejando atrás estructuras vestigiales que aún pueden estar presentes en el plan corporal de un organismo.