La historia y el legado de la picota: una forma de vergüenza pública
La picota es una forma de castigo que implica humillación pública y malestar físico. Se utilizaba en el pasado para castigar a personas por diversas infracciones, como delitos menores o transgresiones morales. El castigo normalmente implicaba colocar al infractor en un marco de madera o picota, donde estaba expuesto a la vista del público y sometido a ridículo y abuso. La picota era un marco de madera que constaba de dos postes verticales y un travesaño en la parte superior. Las manos y los pies del delincuente fueron atados al travesaño, dejándolos suspendidos en una posición vulnerable. El castigo podría durar horas o incluso días, dependiendo de la gravedad del delito y la discreción de las autoridades. La picota se utilizó en muchos países a lo largo de la historia, incluida Inglaterra, donde era un castigo común para delitos menores hasta el siglo XIX. También se utilizó en otras partes de Europa y América del Norte, así como en la América colonial. La práctica de la picota ha caído en gran medida en desuso hoy en día, excepto en algunos casos en los que se utiliza como una forma de servicio comunitario o como una forma de humillar y avergonzar a los infractores. Sin embargo, el legado de la picota todavía puede verse en el uso de la vergüenza pública como forma de castigo, como en el caso de celebridades que son sorprendidas cometiendo delitos.