


Los mortales abrojos de la guerra medieval
Los abrojos son pequeñas armas de hierro con púas que se utilizaban en la época medieval como arma anticaballería. Fueron diseñados para ser esparcidos en el suelo para evitar cargas de caballería y, a menudo, fueron arrojados o colocados en el camino de los caballos que se acercaban. Las púas de los abrojos perforaban los cascos y las patas de los caballos, provocando que cojeran o cayeran, dificultando el avance de la caballería. Los abrojos se utilizaron ampliamente durante la Edad Media y fueron particularmente efectivos contra caballeros fuertemente armados y sus caballos. A menudo se usaban junto con otras medidas defensivas como muros, fosos y empalizadas para proteger castillos y fortificaciones. Con el tiempo, el uso de abrojos disminuyó a medida que las armas de fuego se volvieron más frecuentes en el campo de batalla, pero siguieron siendo una herramienta útil para defenderse contra cargas de caballería hasta finales del siglo XVI. Hoy en día, los abrojos se utilizan principalmente como arma de recreación histórica o como elemento decorativo.



